... Sabía lo que quería. Y sabía que Nat también. Afuera, el rugido suave de un auto rojo de lujo anunciaba algo más que una llegada: era una promesa. Nat no tocó el timbre; no hacía falta. Con paso firme, entró. Allí estaba ella. En una habitación bañada por la luz cálida, con ventanales que no sabían guardar secretos. Brooklyn no era solo belleza, era presencia. Y Nat... entendía que algunas mujeres no se conquistan: se merecen. Lo demás, solo era ruido.
El color fucsia en la lencería no solo simboliza pasión: estimula emociones intensas. Según la psicología del color, evoca deseo, confianza y energía femenina desbordante. Perfecto para momentos que no se olvidan.
Es como que las batas avisan que algo quieren, capaz de peco de mal pensado, pero miráa lo que tuvo que hacer el chico del cable.