Los padres sueñan con verla en un gran slam, pero a esta chica le gusta mas el tenis vibrante. Cuando el instructor propone que se introduzca un vibrador en la cuca, la joven de alguna forma lo hizo. Cuestión que empieza a revolcarse culpa de esa cosa haciendo temblar todo su interior. Nada defiende la tanguita blanca, menos esa minifalda que al mínimo movimiento deja al descubierto casi todo. Ya empapada termina en la cama con los ojos dados vuelta culpa de este cabrón que no para de activar el control remoto. Ya con ojos llorosos se anima a un oral, pero es tan gruesa que debe soltar salivas por litros. Claro que dentro de su coño poco le molesta y la cabalga para acabar varias veces mas.