Aromas recién fabricados estimulan al pervertido que poco sabe que solo tenía que pedir conchita a la joven de tangas calientes. Todo comienza cuando sin querer Jay ve la puerta de la habitación de Gina Valentina abierta. Se desnuda frente al espejo, se mira en tanga y de repente de espaldas. Que va!, ese culo es fenomenal, uy!, se saca selfies y se graba mientras frota la panocha dejando sus perfumes en la ropa interior. Urgente, las tangas calientes le sirven para una paja furtiva, pero debe ser mas cuidadoso pues será descubierto. No importa, ella sabe muy bien como terminar con este problema en que su ropa interior aparece manchada.