Con tal ve vender galletas la exploradora muy zorra está dispuesta a follarse a un cliente potencial. Juan Largo siempre fue un gran comprador, pero de repente comienza a decirle que ya ha comprado. Hay competencia y debe averiguar quien es, por eso el viernes por la mañana se queda vigilando.
Es cuando ve llegar a otra exploradora a quien hace pasar a su casa de inmediato. Necesita saber que le hace y sin permiso se mete por el patio hasta encontrar la verdadera razón. Resulta que esa chica le hace mamadas cochinas como parte del trato, claro que no está dispuesta a rendirse.
Se metió dentro de la casa y tras dejar un camino de galletas comenzó a desnudarse. Minutos después llega el hombre que no se negará a comprarle lo que quiera. Claro que antes va a rebotar sentada, de parada, hasta colgada sabiendo que es muy importante dejar que le haga una corrida facial.
Fue ignorada, despreciada por su novio, pero ella conoce la forma de reclamar y conseguir follar como se merece.