Ex policía y ahora detective busca justicia por manos propias, solo un hombre puede ayudarla a cambiar su venganza por placer. Tommie Jo ha renunciado a la fuerza para ir en busca de un peligroso malviviente. Cada día se entrena buscando ser mas fuerte y poder capturarlo. Pero se ha convertido en obsesión y eso la está comiendo psicológicamente. Luego de un entrenamiento, justo cuando está con los melones al aire, la puerta se abre. Con rápidos reflejos tomó el arma del armario y apuntó hacia sorprendido Danny D.
Es su antiguo compañero que vio a hablar con ella. Por suerte no gatilla, se tranquiliza y termina de vestirse mientras él intenta disuadir esta obsesión. Sin embargo las palabras no funcionan hasta que deja salir a la luz los verdaderos sentimientos. Un beso al cuello logra sacar la primer sonrisa, seguido le dará media vuelta para rasgar calzas. Ya con el camino despejado tiene la lengua encajada sintiendo como se ha mojado. De parada el sentimental compañero comenzó a meter amor sin restricciones en la detective. Pausa para la mamada que faltaba antes de continuar la cojida que la ayuda a descargar broncas. Así ha encontrado un nuevo motivo para vivir, descargar cada día la pistola de Danny.