La reunión se va de las manos cuando la empresaria busca por debajo de la mesa enjuagar la boca en el empleado. Lo que tenía que ser el lanzamiento de un nuevo producto termina en un despelote. Resulta que Mea Malone y Freddie Flavas no solo se conocen, son tal para cual. Una mamada por debajo de la mesa deja el palo goteando. Quedar a solas los habilita para dejar salir la adrenalina con una cojida llena de riesgos. Medias rotas, tetas saltando como si estuvieran en su casa, gemidos retumbantes. De repente la puerta se abre, por suerte ya ha conseguido eyacular.