Quiere llegar virgen al casamiento, su ingenuidad la llevará en manos de Jessy que le muestra como es por atrás. Desde que se juntó con su nueva novia no puede quitar la mirada de su candente hija, una dulce rubia de curvas hermosas a la que cada día mira cuando va al baño.
Hoy apoyado en la puerta observa la marca del bikini mientras se pone tanga muy pequeña a la que ayudará a entrar en apretadas nalgas. Entusiasmado se queda hasta que sube el cierre de corta minifalda. Minutos después la escucha hablar con una amiga acerca de su virginidad, pues no quiere ir contra las tradiciones familiares.
Sentado en el sillón esperará a escuchar los tacos en el piso y en ese momento la llamará para hablar donde ella le cuenta esas dudas que dominan sus pensamientos. Hábilmente le explicó que técnicamente ser virgen es de la vagina, pero no del culo llenando de curiosidad a la ingenua joven que pronto le pedirá, tocando por sobre el pantalón, una demostración.
Primero le enseña a hacer un oral, que por cierto enseguida aprende y endurece mientras le mira el culito en pompa listo para el desvirgue. Algo nerviosa se acomoda para que el trasero apunte hacia el gentil caballero que nada tarde en meter lengua haciendo suspirar a la ansiosa muchacha que descubrirá la forma de respetar las tradiciones.