Finge un problema en el auto para que el nuevo empleado de su marido pueda ver que lindo portaligas se ha comprado. Es una mujer glamurosa que no mide consecuencias de sus actos, uno de ellos es la constante infidelidad, y hoy elije a Chad para arrugar las sábanas de su casa.
En el auto comienza una áspera conversación con constantes insinuaciones que son esquivadas de forma educada por su objetivo, claro que nadie le ganará a esta morocha que al abrir la puerta se asegura que pueda ver su trasero al levantar el corto vestido.
Ya en su casa el plan maestro está en marcha, la mejor lencería es la elegida, sacarse fotos tienen un destino, pues son enviadas al móvil del muchacho que ya no necesita mas explicaciones, la madura está ardiente y tendrá que hacer un trabajo extra para complacerla.