El concurso de matrimonios se sale del libreto cuando la voluptuosa esposa ve cuanto tenía escondido bajo el pantalón. Quien mejor para conducir un morboso programa que el dotado Danny D., quien con su acento lo hace parecer real. Tras la presentación de la pareja llega la primer pregunta, cual es la posición favorita de su esposa.
Sin coincidencias es apartada donde él no puede ver, allí comienza un oral que ante otra respuesta errónea la habilita a dejar caer el vestido que tapaba curvas tremendas de una mujer, que ha quedado en evidencia, no coincide en nada con los gustos sexuales del marido.
Ahora todo se convierte en un desfalco de nalgas rebotando con gemidos verdaderos donde tan solo se verá la sombra de una silla vacía abandonada por ese hombre que no supo complacer a su esposa.