Sus métodos son efectivos, pero fuera de reglamento, su superior le pide place y pistola, ella le entrega calzón y mucho mas. Ha pasado tanto la raya que su superior, Sean Michaels, la está despojando de todos lo elementos, para él, es una insubordinada.
Piensan que aceptará mansita esa decisión, es allí cuando no solo le da los elementos de trabajo, sin mas se sienta y le tira la tanga encima y se lo queda mirando con una pierna sobre el escritorio. A punto de comenzar el tiroteo él se le acerca y la hace poner de pie sujetándola de la solapa para acorralarla contra la pared.
Ha encontrado un hombre de su calibre, beso, mano firme entre sus piernas aprovechando para sacar una pistola humeante. Se quitó el sujetador sin soltarla, dos tremendas tetas cuelgan mientras continua tragando en babeante mamada. Sin mas comienza la balacera directo al desobediente coño que se encargará de desarmar al superior.