Que tiene de malo pensar siempre en chicos, nada, estoy en la edad donde todo ronda alrededor de eso, y claro que enoja a mi madre de una forma especial, ella llegó virgen al casamiento, y para mi es tarde, no tengo agujero por entregar, aunque hay uno que me vuelve loca.
Antes tomé clases de violonchelo y como me portaba mal él tuvo que darme nalgadas, y ya se imaginan, lo escurrí. Ahora me cambió todo, resulta que quiere que tome clases de piano no sin antes amenazarme con que no haga lo mismo que con el anterior o le dirá a papá.
En mitad de las lecciones necesito ir al baño, me indica donde y encuentro un montón de consoladores en el lavamanos. La curiosidad en mi explota haciendo que me demore y él venga a ver que sucede. En segundos está detrás mio, afirmando su poronga, jugando con mi cabello, escuchando los gemidos y sintiendo mis temblores de placer.
Se dio cuenta lo que me gusta, un dedo, luego el consolador y finalmente caliente y rígido me la acomoda completa. Hago todo lo que dice, para él soy una chica obediente, y como para no serlo, es tan bueno que mi ojete se abre solito y en lo único que puedo pensar es en pedirle que descargue en mi cola.