Arrastrada a otro viaje acompañando al marido por negocios quedará una vez mas sola en un hotel. Frustrada por siempre lo mismo, donde hay prioridad para la empresa pero no al matrimonio quiere divertirse. pero no es temporada y hay poco movimiento, el único que le llamó la atención fue ese camarero que observó al ingresar.
Ordenar una copa de champaña servirá para que venga a golpear su puerta, fina lencería color negro y labios pintados de rojo caliente para que se meta en su cama. Dejando caer la bata comienza a tocar hasta desnudarlo. Siente en su barriga la cabeza del pene que necesita una chupadita para la total erección.
Solo los tacos altos como ropa quedarán apuntando al cielo, con sabiduría levantó todo para que sepa que será por el ano, si bien no está contenta con su pareja tampoco quiere embarazos. Como a cualquiera le resultaría loco despreciar esas carnosas nalgas apuntalando firme en cuanta posición pida.