Saber que un chico se pone duro mirando mis pechos mientras duermo me hace sentir mas atractiva, es como un golpe de adrenalina que domina mi cuerpo. Lo escucho entrar, mantego mis ojos cerrados, ni siquiera me tapo pues si lo hago no hará eso que tanto me gusta, le encanta filmar mientras hace esas cosas, de a poco me va destapando creído que no me doy cuenta, sin embargo hay dos cosas que no puedo ocultar, mis pezones y la respiración. Cuando su mano se desliza entre mi piel y la tanga detona fuerte mi deseo de mirarlo, sonrío, ruego que siga tocando todo y que me termine de desnudar para volver a disfrutar del sexo oral para devolver lo mismo y volver a gozar como ayer.