Está caliente, mucho, no le importará quien es él, solo quiere sentirlo rebotando en su chocho por unos cuantos minutos.
Sentada a su lado luego de traerle comida comienza con su juego de seducción, con sonrisas y palabras consigue que él le muestre la verga, para verla de cerca se arrodilla, está contenta, es mas grande de lo pensado, se le hace agua la boca y el deseo de chuparla se hace realidad. Allí está, picoteando sin parar hasta que él quiere chuparle las tetas.
Y si, lo deja, y que le quite la tanga también, donde se arma el despelote al poder tremendo trasero a la vista. Se acomoda encima, él sujeta el pene, ella lleva el cuerpo para quedar con los labios vaginales justo encima de la cabeza. entre el primer pedazo, joder, es grueso, lo siente, frena un segundo y se anima a bajar completa, joder, está toda dentro.
Está tan dura que la llena con las sensaciones esperadas, allí, una toma de espalda dejar saber que cuando va a la playa usa microbikinis. Flap, flap se escucha, son las nalgas aplastando las piernas del muchacho que se las aguanta sin problemas, pero es mucho y decide ponerla en cuatro, allí puede trabajar mejor, y lo está haciendo muy bien, los gemidos no nos dejan mentir.