Luego de ofrecerle bañarlo lo espera desnuda junto a la bañera con el agua bien caliente.
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Su mujer es quien contrata a Kiara para atender al esposo que se ha lastimado una pierna, mientras lo masajea él no puede esconder erección que está levantando el pijama.
Una llamada a la mujer los deja a solas y allí aprovecha para una pajota, tranquilizando al hombre al decirle que ese era su trabajo, raro, pero si ella lo dice, será así.
Cuando escuchan que la mujer regresa rápidamente lo viste. Cachonda por ver cuan duro es ese pene le dice que es hora de bañarse.
Allí la grata sorpresa, junto a él se mete en el agua, saborea de inmediato el palo y pide sexo oral para ella.
Con la habitación liberada pudieron tomar posesión para follar sin incomodidades, sentada sobre el pene los gemidos y súplicas para que la siga follando se adueñan del sonido, tal vez mamarla podrá estirar el placer.
Y seguirán dando firme, en cuanta posición se les presente, olvidado ya de cuanto dolor tenía.
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