Daisy tiene un dolor en la espalda, no es mucho pero no quiere que se convierta en algo grave por lo que pedirá que envíen un masajista a su domicilio. En cuanto llega lo invita a seguirla permitiendo que pueda mirar sin que lo molesten las curvas prominentes que hace el redondo trasero.
Cada paso que da pareciera que está comiendo el pantaloncito amarillo. Ya vuelve le dice, volviendo con un poco de aceite. Sin mas se le tira boca abajo sobre su regazo descolocando al masajista que acepta el sistema.
Empezó en la cintura, justo en el foco del dolor, ganando la tentación se fue para abajo y es cuando se pone de pie diciendo que mejor sin la ropa. Joder, una carpa instantánea se le forma, rígido casi al dolor no puede creer cuando se pone en cuatro dejando todo listo para que siga aceitando, pero ya dando por terminados los masajes y dar comienzo al revolcón.