...Hoy, con su consolador preferido y un aire de estrella de cine antiguo, prepara un pequeño acto en el baño. Las cámaras tienen un punto ciego, la bañera, y ahí es donde nace el misterio. Keiran, curioso profesional del fisgoneo, se arriesga a mirar y, claro, es pillado justo en la puerta. Ella sonríe: todo según el plan.
Dato curioso: en psicología se llama “efecto del observador” al cambio de conducta cuando alguien sabe que la miran… un poco como Kenzie, pero con más bata de laboratorio.
Lugar de reconciliaciones y encuentros que requieren apagar la calefacción, mira a Bella Roland pidiendo amor en la bañera.