...La situación ya es tensa. Está en pleno proceso de divorcio, pero eso no le impide pensar que todo le pertenece. Todo. "¿Parker?", dice con voz suave, pero cargada de algo que podría ser veneno o deseo. El abogado del marido, con traje perfectamente ajustado, la mira, sabiendo que nada bueno puede salir de esa mirada. "Lo quiero todo, Parker", agrega ella, con una sonrisa afilada. Ni siquiera perdonará la fidelidad profesional. No sólo el dinero de él. También tú." Parker frunce el ceño, pero sabe que ya no hay vuelta atrás. El sol refleja la tensión. Y en ese instante, todo se siente más como un juego de ajedrez con piezas que no sabes si quieres mover o dejar que caigan.
Del amor al litijio, cosas que pasan, aunque algunas suelen ser tan recorosas que festejan el divorcio delante del marido.