Una madura de tetas enormes le enseña al roquero que la mejor melodía son sus gemidos. Nicolette Shea no puede hacer yoga pues el hijo rockero de su novio está practicando. Con su conjunto de calzas cortas fue a pedirle que se detenga cuando nota algo especial. Al parecer el pibe se excita mucho con la guitarra, tanto que se distingue furiosa erección. La rubia de 1.80 de estatura se la comió de un bocado y como si fuera un muñeco a la sala lo llevó. Feroz mamada se la deja como tosca marcando que es hora de hacer sonar esas curvas preciosas.