Dos posibles compradores se retrasa, la vendedora zorra, luego de regalar varios descuidos de minifalda, saca el vibrador. Sentada en el sillón, Katie Kush comenzó a sacudir labios vaginales con el juguete. Tanga afuera para no mancharla, cuando la sorprende el timbre de la casa. Ni tiempo a esconder el vibra ni la ropa interior, solo atinó a acomodar la ropa. Pero en cuanto entraron vieron el olvido, ella rápidamente dice que debe ser de la dueña de la casa. Sin embargo Kyle y Oliver no le creen y afirman que esa ropa interior es de ella. Acorralada cuando le dicen que llamarán a la inmobiliaria se arrodilló mostrando que está dispuesta a hacer lo que sea para que olviden el tema. Ninguno se niega, De a uno le dan con todo y juntos volcarán cientos de chorros al rostro de la vendedora zorra.