Pobre Cleo Vixen, nadie quiere montarla, ni siquiera el novio, por suerte consigue ayuda. Es difícil pensar que una rubia de ojos celestes con 20 relucientes años esté teniendo problemas para coger. Es aquí donde debe entrar en escena Ike Diezel quien deberá actuar como calmante cada vez que lo necesite. Un tipo cordial que no se puede negar a que le haga un oral y menos a descargar en su boca. Tampoco podrá hacer caso omiso antes de ir al trabajo, pues ni su vestido ajustado obtuvo resultados. Aunque esta vez será empujada hasta el orgasmo, como ya verán, esto no termina acá, esta rubia quiere mas.