Ni enyesado se puede detener al profesor Steve Q., siempre sucumbe cuando le toca una alumna preciosa. Rosaline Rosa intenta estudiar, pero poco puede concentrarse pues le gusta mucho ese hombre. Para colmo se muestra algo o demasiado mimoso pues comienza a acariciarla haciendo elevar los pezones.
La morocha de hermoso cabello ondulado lo dejará descubrir pechos y las sensaciones de excitación ganan. Así se entrega, sentada en la mesa de estudios con la conchita a la vista, camisa enroscada en cintura y falda arriba. Esos dedos privilegiados se hundieron y de inmediato fluidos aparecieron.
Sentir el sabor de la alumna preciosa le es irresistible y entre piernas lame. Luego ella le devuelve un oral y se parada, con una pierna elevada para que por detrás entre por vagina en su delgado cuerpo. Un polvo que le resulta tan bueno que lo premiará permitiendo que acabe dentro de su boca.