Un paquete para Peter Green es entregado en la casa de la vecina, una ama de casa tradicional quien abre y se asombra del contenido, un montón de cosas eróticas que la dejarán cogiendo cuando el dueño venga a buscarlas. Emocionada llama al marido pensando que fue él, sin embargo no es así, pero la incógnita quedará revelada pues ha sonado el timbre. Es Peter quien viene a preguntar, justamente, por el envío. Algo vergonzosa le dice que lo abrió pensando que era para ella. Las miradas de esta mujer conmovieron al joven que decide ayudarla con su aburrida vida sexual. Enseguida le come las tetas, luego le sube el vestido para comerle culo y concha. Gotea enardecida por este polvo inesperado que le hará replantearse su continúa con su marido.