Imposible encontrar un buen servicio doméstico, ni siquiera esta sirvienta rusa que parecía tan responsable. Cuando Jesus Reyes llega a la cama la encuentra con la mano trabada en concha carnosa. Angel Rush se comporta de forma extraña, pareciera que limpiar la calienta, mientras pasa el trapo saca pechos afuera. Al inclinarse empieza a incrustar los primeros dedos en la raja que la llevarán al sillón para el descanso. Luego de saborear los jugos de su conchita sigue concentrada, demasiado, pues no ha escuchado que alguien ha llegado. Susto e intentos frustrados de perdón, el jefe tan solo puso un dedo en la boca de la empleada. Luego tomó su mano, le mostró que hacía rato la miraba y su predisposición a ayudarle a terminar lo que había comenzado sola. Así, sin hablarse empezaron a tener sexo dejando a un costado cualquier tipo de sanción.