No es extraño que a una chica le guste el sabor del semen, es el caso de Maddy que no oculta luego del impúdico pedido de Tony. Será cuando esté fregando el piso con un sexy vestido que deja asomar el trasero que todo comienza. Se pone tan cargoso que acepta se la meta en cuatro patas buscando al final que se la meta en la boca antes de eyacular. Al otro día nuevamente sucede el improvisado polvo donde el culo es el destino y la boca limpiará. Finalmente un tercer encuentro en largo oral en busca de no se que.