Una discusión con el prometido deja sola a la futura esposa que se quita el estrés pidiendo al fotógrafo que le folle el culo y coño. Toda la sesión de fotos se va de las manos, la pareja se va, ella queda con el hermoso vestido blanco al borde del colapso. Pero algo sucede fuera de lo esperado, ser consolada por ese hombre la lleva al deseo de besarlo y en poco está atragantada con el palo. Sin aviso aparecerá la asistente quien ni se inmuta al verla en acción, en tanto la prometida se justifica diciendo que el sexo la ayuda con la frustración. Ok dice la morena que irá a dar órdenes a unas modelos de lencería para que mantengan entretenido al futuro cornudo. En fin, por delante y por atrás él la calmará con algunas intervenciones de la morena de rulos.