Ha quedado sola preparando todo para la reunión de mañana, de repente siente el deseo de desnudar al amable joven. El único que queda es el chico de limpieza quien se asombra al verla juntando unos papeles del piso donde el curvilíneo trasero se destaca con ajustada minifalda.
Comenzaron a hablar, esa intocable ejecutiva con su camisa blanca desprendida deja ver sin pudores que usa sujetador rojo, donde inesperadamente se pone de pie lanzando un beso que por supuesto es correspondido. En segundos queda con la falda enroscada y todo a la vista.
Saltando como loca sobre él deja salir gemidos a discreción, gritando en demasía cada vez que lo siente empujando desde atrás le permitirá al final ensuciar su lindas gafas negras.