Que susto me pego cuando abre la puerta la madre de mi amigo, es que me quedé a dormir luego de la fiesta que David hizo en su casa. Para colmo cuando comienza a gritar se me escapa media verga por el costado del calzón haciendo que salga de la habitación muy rápido, allí pienso, va a llamar a la policía, tengo que explicarle quien soy.
Ni siquiera alcanzo a prenderme el pantalón y bajo las escaleras para intentar calmarla, esta muy nerviosa, tanto que cada vez que no puede quedarse quieta haciendo que mis ojos reposen de forma inmediata sobre las tetas. Joder, no puede ser tan tetona, encima no llevar sujetador y ese gran escote deja que algo de la areola asome.
En esa conversación, ya mas tranquila, me parece que susurra algo de mi verga y cuando le pregunto que hizo se hace la tonta. Siento que hay atracción así que me voy acercando suavemente y ella responde girando su cuerpo para darme la espalda, pero no como negada, mas bien como dale, empezá.
Toco su cintura y se deja, así que subo a los pechos encontrando la misma respuesta, tomo su mano y la deslizo hasta mi bulto donde su expresión es de asombro y curiosidad. Ya está, nos besamos, recostada en el sillón me voy directo a las gemelas a sentir su sabor, sola se quita la falda como reclamando que juegue en su concha.
Empecé a repasar cada rincón cuando ella comienza a menear el cuerpo buscando donde le gusta mas, en fin, ya somos como viejos amigos, tan solo disfrutamos como si fuéramos amantes de toda la vida.