Antes de contratarla deben medir su nivel de concentración, primero con un vibrador, luego el descontrol total. Abigail está decidida a conseguir el puesto, el sueldo es muy bueno y lo necesita, pero algo comienza a tornarse extraño cuando la entrevistadora le entrega ese juguete que deberá introducir entre sus piernas mientras responde las preguntas que le irá tirando una tras otra.
Sube ajustada falda, corre a un lado tanga y hace lo solicitado, un click y a doblarse en el sillón mientras contesta cada punto de forma perfecta. Entre el disfrute y los nervios aparece otra sorpresa, por detrás, Scott estira manos sujetándola de los pechos y abriendo la camisa.
Intenta alertar a la mujer que le confirma ser parte de la prueba, ya para este momento está con las manos apoyadas en el escritorio limpiando el juguete que tanto la empapó. A partir de aquí los dejará solos para que pueda quitarse de encima toda esa caliente adrenalina.