Ha formado una nueva pareja, pero fue infiel con su ex y un vídeo la incrimina, otro encuentro la lleva nuevamente a la cama. Ocultar sus desliz es necesario, esas imágenes pueden tirar por la borda todo lo conseguido, sin dudarlo arreglará encontrarse para ver que quiere a cambio de eliminar las pruebas.
No tarda en salir a la luz lo que quiere, un último polvo, como antes, siendo la sumisa zorra que a él le gusta, tras desnudarla la coloca sobre su regazo para dar esas nalgadas que tanto lo calientan, claro que a ella siempre le gustaron y no se negará.
Dedos a lo bruto se introducen entre empapados papos que responden con suspiros y susurros intentando ocultar que realmente lo está gozando, pero los gemidos la delatan y se entregará como si nada hubiera pasado.