Se cachondea con el jardinero, pero su marido está a punto de despedirlo, claro que no lo dejará escapar sin empujar su cuerpazo. Ciertos días de la semana viene el jardinero, un musculoso muchacho que le sirve a esta explosiva ama de casa a calmar lo que el marido no tiene ni la menor idea de como.
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Es sábado, día de mirar por la ventana como arregla su hermoso jardín, para esto se viste bien bonita con un lindo y corto vestido floreado de color rojo dominante, escote tan apretado que hace a los lomos de los pechos sobresalir de una forma increíble.
Buscando inspiración para tocarse va directo al ventanal a mirarlo y ratonearse. Una toma desde atrás marca el detalle de larga cabellera rubia en bucles llegando al borde donde el curvilíneo cuerpo hace una curva impresionante que se descubre en su menea sensual permitiendo ver que no existe ropa interior alguna que proteja concha pelada.
Pero ese glamour privado es interrumpido por el marido, enojado al ver que ese muchacho lo único que hace es regar, y que ni cuenta se da que su mujer está goteando de tan solo mirarlo. Con voz firme desde la puerta corrediza lo amenaza con despedirlo y se retira. Es la escusa perfecta para la exuberante mujer de invitarlo a tomar un vaso de agua.
Ven sígueme le dice y al girar el cuerpo el vestido le descubre el culazo haciendo muy fácil, para el, acatar la orden. Será cuando esté en la heladera que es apurado por la inalcanzable señora, en clara demostración de querer aterrizar en su polla consigue en segundos afincarse en mamada refrescante.
Esos gruesos labios son tremendos, encima responde muy bien cuando le sujeta la cabeza empujando a garganta profunda sin siquiera amagar a las arcadas. Será de parada levantando la cola que siente como es penetrada con firmes golpes que llevan a los pechos a moverse como siguiendo el ritmo del flap flap.
Las mejores posiciones van a probar, donde las disculpas por el comportamiento de su esposo serán mas que aceptadas.
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