Ninguna mujer puede decirme que soy una zorra al tener preferencia por el anal, y si me lo dicen es porque jamás se lo hicieron como corresponde, o porque nunca probaron. Hoy es de esos dias en que ardo por detrás, así que lo primero es elegir la ropa correcta, quiero que mis pezones marquen, y una falda para que sea fácil.
Me siento en el apoyamanos, le quito llas gafas comenzando a besarlo, me gusta cuando sube la camisa y me toca, tener el cuerpo bronceado forma parte de la excitación a un hombre, lo se, y así lo muestro. En segundos estoy desnuda con él tocando con sus labios mi conchita.
Me acomodo para que siga, intento que el ano le quede a la vista, luego de un tirón bajo su pantalón donde puedo disfrutar las ganas de penetrarme por la boca. Me quiere penetrar, uff, se puede ver muy dura, los labios vaginales se arrugan hacia dentro y por fin la tengo en mi interior.
Pienso una pose para dejarle la colita arriba, es de espalda con una rodilla arriba y torciendo el cuerpo, si, si, dice mi ser, me entendió, guau, esto es el cielo, maginífico.