El que no arriesga no gana pienso mientras la veo en la calle haciéndose unas selfies, al parecer es una turista que quiere varios recuerdos de su viaje, y que mejor una buena chingada. Sin dudarlo me le acerco para que nos saquemos una selfie juntos, al aceptar ya me indicaba que tenía que seguir. Conversamos muy poco, me cuesta menos de lo que pensaba llevarla a mi apartamento.
Tiene largo cabello color negro con hermosas trenzas, sujetando su cintura le muestro el camino, en ese momento me doy cuenta que es mas alta que yo, un beso para llevarla caminando de espaldas haciendo que la cama la obligue a sentarse, me quito la camisa mientras desabrocha el pantalón, aún la tengo blanda y no duda en metérsela a la boca donde la hace endurecer con tragada completa.
La tengo en pelotas posicionada a cuatro patas, sobre el hombro mira y me doy cuenta que debo aumentar la velocidad, allí comenzó a gritar, hace que el entusiasmo suba metiendo nalgadas que son aceptadas, me encanta como los pechos van y viene, son naturales de buen tamaño. Seguí reglando vergazos firmes, subió a rebotar de frente y reversa, al final trabé todo en su boca y cuando eyacule le dejé las gafas enlechadas.