El cartel lo dice, sin pagar no hay auto, por suerte la creativa clienta hace una oferta irresistible. Es lógico, el mecánico se pasa todo el día engrasándose las manos y transpirando como testigo falso. No es justo que quieran llevarse el coche así como si nada y es el caso de Mary Jean. Resulta que se ha gastado una fortuna en el shopping y el marido le bloqueo las tarjetas. Aunque pronto se dará cuenta que fue una mala idea pues con su señora no hay que descuidarse. Intentará convencerlo con palabras y promesas de volver mañana, pero el mecánico le dijo de ninguna manera. Sin mas se tiró debajo del coche para seguir trabajando cuando la infartante morocha mostró su capital. Sin tanga debajo de la ceñida falda ofreció cambiar polvo por arreglo y saben que, hay trato!.