Estaba en la ducha abriendo y cerrando la puerta con un consolador aburrido, déjame ayudarte le digo y te hago saltar las tetas. Angel Ryder ha llegado del gimnasio, su cuerpo huele a delicioso sudor femenino, pero hace falta una ducha y que sea entretenida piensa. A medida que va subiendo la escalera va descartando ropa que serán la pista que llevarán a Nico Ryder hasta ella. Pero sigamos en esto pues ha quedado en tanga para ir aun cajón donde saca su juguete preferido al que no tarda en afirmarlo en la puerta y usarlo con creatividad. Abre y cierra mientras lo mantiene dentro de su cuerpo, segundos después llegará la ayuda que enseguida la convence de cambiar látex por carne. A boca limpia endureció, de reversa puede cabalgar disfrutando al ver las tetas saltar, en cuatro lo hizo enloquecer y de rodillas sintió como la explosión manchaba su rostro.