Mostrarse casi desnuda en la calle alcanza para atraer a Alberto Blanco directo a la cama.
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El protagonista hizo lo mismo que tu harías, fue de inmediato a complacer a la jovencita en el medio de la calle antes de aceptar ir al apartamento de la cachonda.
Allí nada tardar en querer ver si ha elegido bien, no puede tragar el enorme palo, eso ya le avisa que ha acertado con le joven.
Ella sabe como llevarlos al placer que busca, en cuatro patas se entrega a lo que quiera, y lo primero es disfrutar de lengua penetrando coño y culo.
En la misma posición es penetrada, sujetando el pelo empieza a sacudir carne a su interior, gemidos van apareciendo, aunque ella hace el movimiento para levantar mas interés, apoya cabeza en cama abriendo ano.
Él lo nota, cambia de posición dos veces hasta que nota como ella misma se mete dedos en el trasero, ahora, de reversa, por fin la tiene en ano, el verdadero placer aparece cuando no quiere frenar de subir y bajar.
Tras ver las expresiones increíbles de la Renata buscará estirar lo mas que pueda el anal.
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